martes, 12 de abril de 2016
CLASE DE FARMACOLOGIA BENZODIACEPINAS
BENZODIACEPINAS
Se sintetizan a mediados de los años 50 y comienzan a sustituir a los barbitúricos al
tener los mismos efectos sedantes, anticonvulsivantes y miorelajantes, pero con
mucha menor toxicidad.
Como drogas depresoras del SNC, tienen efectos parecidos a los del alcohol y los
barbitúricos y presentan tolerancia cruzada con éstos, es decir, que cada una reduce
los síntomas de la abstinencia de las otras o mitiga la dependencia. Además, sus
efectos se potencian unos con otros, de ahí el peligro de combinar pastillas
tranquilizantes, alcohol y algún otro depresor del SNC como pueden ser los
opiáceos.
Cuando son tomadas por vía oral, se absorben lentamente y tienen una larga
duración de su acción (aunque ésta varía entre diferentes productos con diferentes
vidas medias, y por esto unas tienden más a ser usadas como drogas de abuso que
otras).
Las benzodiacepinas tienen diferentes usos terapéuticos, entre ellos los tratamientos
contra la ansiedad y para inducir el sueño. También son recetadas como relajantes
musculares y anticonvulsivantes. Algunas se utilizan incluso como anestésicos para
procedimientos quirúrgicos. Y desde luego, se utilizan como fármacos de elección en
el tratamiento de los síntomas de abstinencia de la dependencia del alcohol (lo que
genera muchas veces consumo de ambas sustancias, con los peligros que
apuntábamos anteriormente de las sobredosis).
El consumo continuado de benzodiacepinas produce el desarrollo de una tolerancia
y tolerancia cruzada con otras drogas depresoras del SNC.
Se puede producir abstinencia al cesar el consumo de dosis altas y a largo plazo;
también se han descrito síntomas de abstinencia en pacientes con dosis medioaltas
y solo un mes de tratamiento. Estos síntomas son similares a los asociados con la
abstinencia del alcohol y de los barbitúricos, pudiendo no aparecer en una semana y
luego, sin embargo, durar un mes. Los síntomas más frecuentes son insomnio,
ansiedad, temblor, e incluso síntomas severos como son las crisis convulsivas o,
incluso, la muerte.
El consumo abusivo de benzodiacepinas es moderado en comparación con otras
drogas depresoras del SNC; siendo mayor el abuso entre personas que han tenido
problemas con el alcohol y entre sujetos en tratamiento psiquiátrico.
Cuando se utilizan abusivamente, se prefieren benzodiacepinas de vida media corta
y rápido comienzo de su acción (Rohipnol®), ya que sus efectos son más inmediatos
e intensos que los de las de vida media larga y lento comienzo de su acción. De
hecho, son las benzodiacepinas de vida media corta las que tienen un mayor riesgo
de dependencia.
Como en otras drogas depresoras, los efectos secundarios de las benzodiacepinas
implican deterioro de las habilidades motoras. Estos efectos evidentemente, son
mucho mayores y peligrosos cuando estas drogas se combinan con alcohol o con
otras sustancias depresoras (heroína, metadona, etc.).
Recientemente se ha demostrado que las benzodiacepinas interfieren con el
almacenamiento de la información, produciendo una amnesia anterógrada (es decir,
la limitación en la capacidad de recordar la información nueva).
Pueden producir amnesia de hechos recientes (conversaciones, actos delictivos,
etc.) sobre todo cuando son combinadas con otras sustancias (alcohol, por ejemplo).
Farmacocinetica
Todas las benzodiazepinas tienen el mismo mecanismo de acción y efectos
adversos similares; sin embargo, difieren marcadamente en sus características
farmacocinéticas. Son justamente estas diferencias las que les otorgan
características particulares que definirán la elección de un fármaco sobre otro.
La mayoría de las benzodiazepinas (excepto el clorazepato) se absorben
adecuadamente luego de su administración oral, especialmente cuando el estómago
se encuentra vacío. Con el estómago lleno la absorción oral se retrasa,aunque la
tasa de absorción total no disminuye. Los antiácidos pueden alterar la absorción de
las benzodiazepinas por lo que se recomienda que sean ingeridas lejos de la
administración de los mismos.
Se metabolizan a través del sistema microsomal hepático donde sufren procesos de
desmetilación e hidroxilación (reacciones de fase I) para formar productos
farmacológicamente activos. Estos a su vez son posteriormente conjugados con ácido
glucurónico (reacción de fase II) para formar metabolitos más hidrosolubles, que son
inactivos desde el punto de vista farmacodinámico y son excretados rápidamente por la
orina.
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